Salmos de Esperanza

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Diez salmos que dan esperanza

Sin importar cuál sea la religión que profeses, seguramente has sentido, como todos alguna vez lo hemos hecho, que esta vida puede más que nosotros que nuestras cargas son demasiado pesadas para segurilas aguantando, y que es el momento para rendirnos.

Sin embargo, la vida me ha enseñado que cuando acudimos al Padre, Él nos da el consuelo, la ayuda y la esperanza para seguir adelante.

Hoy te comparto diez fragmentos de salmos, a fin de darte ánimo, o para que los compartas con aquella persona que siente que ya no puede más. Que tus cargas te sean leves y pronto encuentres esa solución que tanto buscas.

1. Bienaventurado

el hombre que no anda en consejo de malos,

ni anda en camino de pecadores, ni se sienta en silla de escarnecedores…

será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,

que da su fruto a su tiempo,

y su hoja no se marchita;

y todo lo que hace prospera. (Salmos 1:1,3)

2. En paz me acostaré

y asimismo dormiré,

porque sólo tú, oh Jehová,

me haces vivir confiado. (Salmos 4:8)

3. Éstos confían en carros

y aquéllos en caballos;

mas nosotros del nombre de Jehová, nuestro Dios,

tendremos memoria.

Ellos se doblegan y caen;

mas nosotros nos levantamos

y nos mantenemos de pie. (Salmos 20:7-8)

4. Dios mío, en ti confío

no sea yo avergonzado.

No se alegren de mí mis enemigos.

Ciertamente ninguno de cuantos en ti esperan será avergonzado;

serán avergonzados los que se rebelan sin causa. (Salmos 25:2-3)

5. Jehová es mi luz y mi salvación;

¿a quién temeré?

Jehová es la fortaleza de mi vida;

¿de quién he de atemorizarme?

Aunque un ejército acampe contra mí,

no temerá mi corazón;

aunque contra mí se levante guerra,

yo estaré confiado. (Salmos 27:1,3)

6. ¿Quién es el hombre que desea vida

que anhela días para ver el bien?

Guarda tu lengua del mal,

y tus labios de hablar engaño.

Apártate del mal y haz el bien;

busca la paz y síguela. (Salmos 34:12-14)

7. Bendito sea el Señor; cada día nos colma de beneficios

el Dios de nuestra salvación.

El Dios nuestro es un Dios de salvación,

y de Jehová el Señor es el librar de la muerte.

(Salmos 68:19-20)

8. Si Jehová no edifica la casa

en vano trabajan los que la edifican;

si Jehová no guarda la ciudad,

en vano vela la guardia. (Salmos 127:1)

9. Los que siembran con lágrimas

con regocijo segarán.

El que va llorando y lleva la alforja de la semilla

volverá con regocijo, trayendo sus gavillas. (Salmos 126:5-6)

10. Jehová es mi pastor; nada me faltará

En lugares de delicados pastos me hará descansar;

junto a aguas de reposo me pastoreará.

Confortará mi alma;

me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.

Aunque ande en valle de sombra de muerte,

no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo… (Salmos 23:1-4)

Bendiciones… Asun Vidal.