“Sumak Kawsay” o Buen Vivir, es la vida en plenitud. Es saber vivir en armonía y equilibrio, en armonía con los ciclos de la Madre Tierra, del cosmos, de la vida y de la historia, y en equilibrio con toda forma de existencia.
Y ese justamente es el camino y el horizonte de la comunidad; implica primero saber vivir y luego convivir. No se puede Vivir Bien si los demás viven mal, o si se daña la Madre Naturaleza. Vivir Bien significa comprender que el deterioro de una especie es el deterioro del conjunto.
El Ritual a la Pachamama
El incienso quemado se eleva al cielo y es una forma de ofrenda al Jananpacha o “mundo de arriba”, también se queman resinas vegetales y palo santo para la Pachamama.
Luego sigue el Ritual del Convido o “corpachada”, que puede realizarse al alba, al mediodía o al amanecer y consiste en abrir un hoyo circular en la tierra (útero simbólico de la tierra, constituyéndose en altar y “waca” o lugar sagrado, en muchas ocasiones en medio de una chakana o cruz andina) y ofrendarle allí a la Madre Tierra productos de la naturaleza, alimentos, bebidas, hojas de coca, como un acto de agradecimiento al planeta.
Es el momento de agradecer por la vida, la salud, el trabajo y la comida. También se pide por fuerza para continuar nuestra vida, para poder ayudar a todos, especialmente los que más necesitan, para que podamos alcanzar mayor armonía y entendimiento.
Se suele acompañar con dos fuegos sagrados. Uno pequeño dentro del hoyo, al cual se le pueden tirar hojas aromáticas, incienso, palo santo y las intenciones positivas que uno anhela escritas en papelitos. El otro fuego sagrado es más grande y distante unos metros del hoyo en el que se pueden quemar papelitos con defectos u errores que uno quiera purificar. De esta forma se han activado los elementos fuego y aire.
El elemento tierra se activa con las ofrendas de comida. Quienes participan pasan en parejas a hacer las ofrendas al agujero en la tierra. Es una forma simbólica de devolverle a la Tierra lo que nos ha dado. En los pueblos andinos se habla de “darle de comer a la Pacha” con las ofrendas de comida.
Según el amauta (del quechua: hamawta; ‘maestro’, ‘sabio’) Alipio Cuilla: “Todo lo que se entrega a la Pachamama, se hace desde la dualidad: hombre-mujer, Tata Inti-Mama Quilla, par-impar. Esto se practica para vivir en armonía. Los cuatro elementos que nos unen y son nuestros formadores, al agua, aire, fuego y la pacha. Sin ellos no habría vida”.
Según Mama Quilla, reconocida amauta de Tiwanaku: “Nuestros ancestros siempre le daban ofrenda a la Pachamamita y no faltaba nada. Todos teníamos todo.
Durante 500 años nos han querido hacer olvidar eso. Pero ahora estamos en un proceso de cambio.
Ahora estamos levantando con el Pachakuti -nuevo ciclo que se inició en diciembre de 2012 y según el cual se comenzaría a revertir el proceso de dominación de los pueblos”.
Asun Vidal.