Lo vuestro parecía una película de Hollywood a lo Pretty Woman o Dirty Dancing. Una noche de verano conoces la persona de tus sueños. Desde el primer momento, cada mirada, cada sonrisa compartida parece reafirmar la idea romántica de que, por fin, has encontrado a eso que muchos llaman ‘alma gemela’.
Él/ella te avasalla con sus halagos y atenciones e, incluso, habla de vuestro futuro juntos logrando que te sientas en una nube de la cual nunca desearías bajarte. Vamos, parece que estás ante la definición del futuro padre o madre de tus hijos.
Fallar a la personificación del ‘amor verdadero’ sería una traición que te colocaría en el nivel más bajo de tu nueva moralidad.
Algo que la otra persona sabe aprovechar para explotar tus inseguridades y dominar la relación aislándote cada vez más de tu entorno (amigos, familia, etc.).
Y, cuando ya eres totalmente dependiente, te amenaza con dejarte, deja de prestarte atención o juega con tus celos.
Pero no hace falta irse a estos extremos para darse cuenta de que el love bombing se aplica mucho más y en muchos más aspectos de los que pensamos. Para Archer, el uso consciente o inconsciente de esta técnica de manipulación es, por desgracia, bastante común.
El tema es que aprovecha “la necesidad natural de los humanos a sentirnos bien sobre quienes somos y la incapacidad que tenemos de solucionar esto por nosotros mismos”. De hecho, muchas veces las víctimas de esta manipulación son las que se encuentran temporalmente con un bajo nivel de autoestima por circunstancias como un divorcio o perder el trabajo.
En una entrevista con Business Insider, la psicóloga Perpetua Neo señala a los individuos narcisistas como los principales usuarios de esta técnica. “La gente cree que si te sientes atraído por un narcisista es porque tiendes a ser alguien débil o pasivo en tu vida. No obstante, precisamente por su narcisismo tienden a fijarse en personas con grandes logros personales o profesionales”, señala.
En otras palabras, si un love bomber consigue dominar a un hombre o mujer de alto valor habrá reforzado su ego todavía más.
Por suerte, la manera de detectar las señales de alerta es relativamente sencilla. El psicólogo recomienda mantenernos razonablemente escépticos con las personas que son excesivamente alagadoras y atentas, que hacen hincapié en la idea de las ‘almas gemelas’ y que comienzan con su juego de adulación desde el principio.
Además, recomiendan que los seis primeros meses de relación sean una especie de test tras los cuales analices si has franqueado alguna de las fronteras morales que tu relación debería mantener a toda costa. “Para. Mira. Escucha”, recuerda Archer.
Si por desgracia no has sido capaz de detectar todos estos factores a tiempo, el especialista recomienda romper completamente el contacto con la persona tóxica. “Bloquéala y déjale claro que sus intentos de escribirte o visitarte serán considerados como una manera de acoso. Los manipuladores muchas veces ven el ‘no’ como un desafío e intentarán lograr su objetivo todavía con más ganas a no ser que dibujes una línea roja muy definida”, concluye Archer.
Por último, el especialista recomienda reconectar con tus amigos y familia para cerrar las heridas y pasar página.
Asun Vidal.