La numerología, significado e influencia de los números, es una de las ciencias ocultas que la humanidad ha cultivado desde el más lejano pasado. Siempre se creyó que los números tienen en si mismos un principio activo. En su aspecto humano, el número es el símbolo que expresa la relación de nuestra vida y nuestra mente con la naturaleza. Es decir, nuestra existencia y nuestras posibilidades y facultades dependen en cierto modo de ellos. Las vibraciones numéricas establecen así una relación existente entre los seres y el Universo.
Del uno al nueve, cada número, por si mismo, encierra un significado en la naturaleza que es aplicable al ser humano, revelándonos misteriosa, pero certeramente, una esencia temperamental y caracterológica. No podemos negar la influencia de los números en nuestras casas, fechas de nacimiento y tampoco lo que son capaces de revelarnos, aplicándolos a nuestros nombres, que «casualmente» nos representarán inexorablemente.
Sin embargo, no debemos olvidar que la numerología es un estudio profundo, detallista y minucioso que se basa en un sistema coordinado de muchos elementos y todos los números que integran nuestra vida, especialmente el de nuestro nombre y nuestra fecha de nacimiento. Por esto, aquí presentamos predicciones generales para cada número que seguramente te ayudarán a recapacitar sobre algunos puntos a tener en cuenta este año, pero será tu carta numerológica particular la única que te mostrará el camino con la eficacia deseada.
¿Para qué sirve?.
La Numerología básicamente nos dice, cómo somos, con que venimos a este mundo y cómo será el camino donde nos encontraremos más a gusto. Tiene por un lado una vertiente psicológica y otra mántica o predictiva. La vertiente psicológica nos habla de nuestro interior, y es una herramienta muy útil, para conceptualizar nuestro yo, ya que favorece el conocimiento interior, o como rezaba la entrada del templo “Conócete a ti mismo”.
Nos permite poner sobre el papel y de una forma separada nuestro interior, para que analizando las partes una a una tengamos una imagen racional de nuestro yo más abstracto, nuestra mente. Es una herramienta de conocimiento interior más, que se pone a nuestro alcance. Con gran agudeza y claridad en algunos casos, por ejemplo el Número de Equilibrio, que nos dice cual será nuestra reacción para recuperar el equilibrio en caso de haberlo perdido.
O cómo algo que requiere de interpretación en función de nuestra, educación, medio ambiente cotidiano o nivel económico, como es nuestro Número de Personalidad Global, que nos habla de cómo nos desenvolveremos en este mundo, aunando nuestro interior y la relación con nuestro entorno. En la vertiente predictiva encontramos una serie de números que nos hablan de forma muy precisa de que etapas marcarán nuestra vida. A que edad se darán los principales cambios y cómo será nuestro desenvolvimiento a través de estas etapas.
Su historia.
Parece ser que la Numerología, ya era usada en Mesopotamia. Se asignaban valores numéricos a las letras del alfabeto, y se calculaban los valores de los nombres, lo cual concuerda con la reverencia que existía en Mesopotamia hacia los números, ya que pensaban que todos los dioses tenían números. Como ejemplo, Sargón en el 705 a.C. afirma que el perímetro de su palacio en Khorsabad era igual a su nombre. Del mismo modo en la Biblia existen algunas partes en la que la explicación a hechos ocurridos tienen una base numerológica. Cabe citar algunos párrafos de los textos del Génesis, en el Capitulo 17, donde, nos encontramos esta curiosa conversación entre Dios y Abram, éste asombrado recibe la noticia de que va a tener un hijo a la edad de 100 años, con su mujer Sarai de 90.
Dijo Dios: “He aquí mi pacto contigo, serás padre de una muchedumbre de pueblos y ya no te llamaras Abram, sino Abraham….”
Dijo también Yahvé a Abraham: “Sarai tu mujer, no se llamará ya Sarai, sino Sara, pues la bendeciré y te daré de ella un hijo…”
Cayó Abraham sobre su rostro, y se reía, diciéndose en su corazón: “Con que a un centenario le va a nacer un hijo, y Sara, ya nonagenaria, va a parir…”
El hecho de que a partir de ese cambio de nombre tanto Abraham como Sara pudieran engendrar un hijo, se basa en que en la Biblia, la equivalencia numérica no es accidental, ya que el mundo fue creado por Dios a través de la palabra, donde cada letra representa una fuerza creativa. De esta forma la equivalencia numérica entre dos palabras revela una conexión interna entre los potenciales creativos de cada una. Una de las aplicaciones más sencillas de los conocimientos que nos brinda la numerología es el hallazgo del número de nacimiento, que influye poderosamente durante toda la vida.
• Basta con sumar todos los números que componen la fecha del nacimiento, y sumar nuevamente el resultado, hasta lograr un solo guarismo entre el uno y el nueve. Imaginemos que deseamos hallar el número que corresponde a una persona nacida el 28 de octubre de 1944, hemos de sumar los números individuales de la fecha de nacimiento (28/10/1944): 2+8+1+0+1+9+4+4 = 29. A continuación sumamos los dos números que componen esta última cifra: 2+9 = 11. Ahora volvemos a sumar el resultado para lograr un solo dígito: 1+1 = 2. Éste es el número de nacimiento, el 2.