Desde que empecé la carrera de Historia del Arte me atrajo el arte egipcio. Para mi sorpresa, cuando cursé esta asignatura descubrí dos figuras que, como mujer me impactaron y a la vez me inspiraron mucho: La reina Nefertiti y la reina-faraón Hatshepsut.
Precisamente, de esta última, me gustaría relataros los aspectos más interesantes de su historia: su vida, su reinado y el misterio que envuelve a su muerte.
¿Qué os parece si nos trasladamos al pasado?
De esta alianza nació la futura reina y otros hermanos y hermanas, pero la alta mortalidad infantil hizo que solo sobreviviera Hatshepshut.
Pero Tutmosis I tuvo hijastros con esposas secundarias y uno de ellos fue Tutmosis II.
El padre de Hatshepsut vio el potencial de la joven desde el principio y trató en vida de asociar a su hija al trono, como así lo demuestra que la nombrase heredera. Sin embargo, sus deseos fueron incumplidos, pues al parecer una conjura palaciega encabezada por el chaty (segundo al mando) y el arquitecto real, el poderoso Ineni consiguieron sentar en el trono a Tutmosis II. Hatshepsut tuvo que soportar convertirse en la corregente de su hermanastro, lo que fue un duro golpe a su orgullo, ya que la joven reina era descendiente directa de los grandes faraones y su sangre real era pura. A eso, hay que sumarle que tuvo que casarse con él.
Empieza su ascenso al trono
Cuando se vio lo suficientemente fuerte, Hatshepsut, en presencia del faraón Tutmosis III, se autoproclamó también faraón de las Dos Tierras y primogénita de Amón, con el beneplácito de los sacerdotes, encabezados por Hapuseneb. El golpe de efecto fue magistral, y el inexperto Tutmosis III no pudo hacer otra cosa más que admitir la superioridad de su tía y madrastra. Hatshepsut se había convertido en la tercera reina-faraón conocida en la historia egipcia. Asumió todos los atributos masculinos de su cargo excepto el título de “toro poderoso”, haciéndose representar a partir de entonces como un hombre tocándose la barba postiza. Fue tan lista que no dejó al margen a su sobrino Tutmosis III, así la sociedad fue capaz de asumir con normalidad la transición. Hatshepsut gozó de uno de los reinados más prósperos de toda la historia egipcia, gracias también al apoyo recibido por Hapuseneb y Senenmut, auténticos gobernantes en la sombra.
Su descendencia y el inicio de la decadencia de su reinado
Lo único que sabemos de su descendencia es que la reina tuvo una hija llamada Neferura; cuyo cuidado encargó a su arquitecto favorito, Senenmut. Se ignora el verdadero papel de este hombre en la trama, ya que muchos dicen que fue amante de Hatshepsut y por lo tanto padre de Neferura, pero esto no está demostrado. La idea de la reina era que su hija heredase el trono, pero, a raíz de la finalización del templo de Deir el-Bahari, sobre el año 15-16 de reinado, las muertes sospechosas de sus dos apoyos, Hapuseneb y Senenmut y la repentina muerte de su hija, hicieron que la reina se apartara del poder. Además, el joven Tutmosis III, ya más formado y con ansias de poder, quiso derrumbarla en varias ocasiones. Se ignora la edad exacta de su muerte, pero se estima que debería oscilar entre los cuarenta y los cincuenta años. Durante mucho tiempo este tema fue un enigma de la antigüedad, pero gracias a los últimos hallazgos en arqueología podemos saber más del tema.
Se halla la momia de Hatshepsut
A partir de este gran hallazgo, que se mostró al público en el 2007, hemos podido saber que la reina murió por una grave enfermedad: una avanzada osteoporosis y un cáncer maligno en la zona del abdomen que le pasó al hueso de la cadera; además había contraído un absceso séptico en su cavidad bucal que bien pudo provocar un shock septicémico.
Según estas últimas investigaciones, su muerte estuvo precedida de largos meses de intensos dolores y fiebres.
De la reina-faraón Hatshepsut podemos destacar su determinación a no conformarse con las normas de su tiempo, a luchar por sus sueños y a desafiar a toda una nación. Creo que debió ser un momento culminante para la cultura egipcia, estos estaban acostumbrados a venerar al faraón; y ver cómo una mujer tomaba posesión del poder de ambos reinos y encima lograba hacerse un nombre para toda la eternidad debió ser un gran logro y avance para la época. ¿Os gustaría haber vivido en aquel tiempo?
Fuente: atlascultural.com