Las misteriosas voces que Juana de Arco escuchó y visionó durante la Guerra de los Cien Años podrían realmente haber sido una forma de epilepsia, según un grupo de investigadores italianos.
El doctor Guiseppe d’Orsi, neurólogo de la Universidad de Foggia, y Paola Tinuper, profesora asociada de ciencias biomédicas y neuromotoras de la Universidad de Bolonia, Italia, describieron su hipótesis en una carta al editor, publicada en mayo en el diario.
Juana de Arco podría haber sufrido un tipo de epilepsia que afecta la parte del cerebro responsable de la audición, o “epilepsia parcial idiopática con características auditivas (IPEAF)», escribieron d’Orsi y Tinuper. («Idiopática» significa que la epilepsia probablemente tiene una causa genética; y “parcial” que la epilepsia afecta únicamente a una parte del cerebro).
Cuando una persona padece epilepsia experimenta convulsiones crónicas no provocadas. La convulsión ocurre cuando fallan las señales eléctricas en el cerebro. Además, cuando estas señales fallidas ocurren en el cerebro determinan cómo una persona actúa durante una convulsión. Por ejemplo, una convulsión puede hacer que la persona sufra tirones en los músculos o provocar que escuche voces o se sienta confundida.
D’Orsi y Tinuper declararon que llegaron a esta hipótesis hace diez años, al examinar la documentación de Juana de Arco durante su juicio de condenación, en el que fue acusada de bruja y hereje y condenada a ser quemada en la hoguera.
Pistas históricas
Varios aspectos de los síntomas de Juana de Arco, detallados en los relatos históricos, apoyan este diagnóstico, escribieron d’Orsi y Tinuper.
Por ejemplo, Juana declaró haber escuchado voces y haber visto a diferentes santos. Entre ellos, Santa Catalina y Santa Margarita. Según los investigadores, estas alucinaciones auditivas y visuales son síntomas de este tipo de epilepsia.
Durante un examen público realizado el 22 de febrero de 1431, Juana hizo mención a: «dos o tres veces por semana”, en referencia a la frecuencia con la que escuchaba las voces. Y según los investigadores, varios días más tarde, concretamente el 1 de marzo de 1431, se sabe que declaró: «No hay día en que no las escuche [las voces]».
Sin embargo, la frecuencia con la que Juana manifestó “oír voces” no es totalmente consistente con el diagnóstico de los investigadores. Otros estudiosos han señalado que los pacientes con este tipo de epilepsia presentan una frecuencia baja de las convulsiones. Los pacientes pueden sufrir crisis epilépticas con poca frecuencia al principio, pero también pueden experimentar convulsiones si se están retirando ciertos fármacos, escribieron. No está claro si Juana de Arco tomaba sustancias que pudieran generar las convulsiones, agregaron.
A veces Juana de Arco también sufría convulsiones durante el sueño… “Yo estaba dormida. La voz me despertó… Me despertó sin tocarme”, declaró durante un examen privado el 2 de marzo de 1431, escribieron los investigadores. Según d’Orsi y Tinuper, el 40% de las personas con este tipo de epilepsia sufren convulsiones durante el sueño.
Por supuesto que diagnosticar una condición médica en una mujer que vivió en el siglo XV no es tarea fácil. De hecho, los investigadores declararon que “seiscientos años después de la muerte de Juana de Arco, reafirmamos la imposibilidad de llegar a una conclusión final”.
Sin embargo, podría existir una última oportunidad para encontrar una respuesta: una hebra de pelo.
De hecho, en estudios recientes, se han descubierto genes que están relacionados con el tipo de epilepsia que d’Orsi y Tinuper sospechan que padecía Juana de Arco.
Pero los esfuerzos para encontrar las cartas y las hebras de pelo se han quedado cortos hasta el momento. “Después de diez años a partir de nuestra primera hipótesis, todavía seguimos buscando este pelo…” escribieron d’Orsi y Tinuper.
Fuente: latam.discovery.com