El secreto de la Ley de la Atracción

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)

Seguro que has escuchado hablar de la “Ley de la atracción”, libros como “El Secreto” y diferentes filosofías se han basado en ella.

Ha recibido muchos nombres y se han inspirado en ella muchos otros libros e ideas como la visualización creativa, el poder del pensamiento positivo, etc… Conozcamos un poco más de que se trata y como podemos usarla.

¿Cuántas veces hemos deseado algo que creíamos imposible de conseguir o por lo menos muy complicado? ¿Realmente es imposible lograr lo que deseamos?

La verdad es que sí hay una solución para esa desesperación interna, un remedio al alcance de todos nosotros y sin necesidad de gastarnos una fortuna o de desperdiciar nuestro valioso tiempo. Esta es la ley de la atracción.

La teoría que expone esta ley está vinculada al poder del pensamiento y de las energías propias de cada persona.

Puede resultar increíble, pero lo cierto es que el cerebro es un gran desconocido. Por muchas investigaciones y por muchas pruebas que se hagan, lo cierto es que no sabemos apenas nada sobre él, mucho menos de su capacidad, de su alcance y de su verdadero poder.

La ley de la atracción es bastante simple. Su principio reside en la aceptación de que nuestros pensamientos pueden influenciar en la realidad que creamos día a día…

Hay estudios, libros y teorías que intentan demostrar que la vida es una experiencia cuántica, deformable según nuestros actos y pensamientos en diferentes universos o escenarios paralelos. No vamos a profundizar en estudios como el fámoso gato de Schrödinger o en la mecánica cuántica, ni en teorías de universos paralelos. Nos centraremos en la parte más práctica y terrenal.

Los pensamientos positivos actúan como un imán para atraer y conseguir lo que queremos y sentirnos más felices. Para ello es necesario armarse de paciencia, confianza, optimismo y seguridad en uno mismo, puesto que, si internamente no creemos lo o pensando, no servirá de nada por mucho esfuerzo que se intente poner. Los pensamientos se convierten entonces en la causa y la consecuencia pero solo si nacen en lo más profundo de nosotros.

Volviendo a nuestra ley de la atracción, un resumen nítido sería la creencia de que nuestros pensamientos producen ciertas ondas positivistas de energía que trabajan en nuestro beneficio.

¿A qué suena bien considerar que nuestra propia mente es capaz de hacernos conseguir lo que nos proponemos?

Por supuesto, no estamos hablando de que deseemos con fuerza un millón de euros y por arte de magia nos caigan del cielo, pero sí podría darse que esos deseos hicieran que nuestro esfuerzo por lograrlos fuera mayor y tuviéramos más posibilidades de obtenerlos. Hay que tener en cuenta que sin esfuerzo no hay recompensa.

A continuación daré algunas claves de los secretos para aprovechar la ley de la atracción:

No dejes espacio para el “no”: Esta palabra no es compatible con un pensamiento positivo. Ante una situación o un posible deseo, jamás pienses en que existe la posibilidad de que no se consiga, porque en un momento de debilidad la negatividad se impondrá y bloqueará completamente cualquier el proceso, teniendo que empezar de nuevo o, incluso, haciendo que se desista en el intento. Por supuesto, nunca rememores fracasos pasados porque el resultado será el mismo y no se llegará a nada. Vive el presente.

Comenta con tus allegados tus deseos: Cualquier apoyo vendrá bien, por lo que hacer saber a tus familiares o amigos tus deseos solo traerá beneficios. En momentos duros, el amparo hará que se renueven tus ganas de intentarlo, no solo por ti, sino para hacer que aquellas personas que tienen puesta en ti toda su confianza se sientan orgullosos.

Los pensamientos positivos enfocados al universo ayudan, pero también debes actuar: Tengamos en cuenta que los pensamientos tienen como consecuencia acciones. No es posible quedarse únicamente en el primer paso.

Si quieres algo, deséalo, pero también toma las medidas y muévete para que las posibilidades asciendan hasta, prácticamente, el cien por cien.

Tu pensamiento debe actuar como si ya tuvieses lo que deseas: Esto se reduce, principalmente, a conseguir transformar las ideas negativas en proyectos y en ideas positivas, pero no solo las ideas sino también las emociones. No hay cabida para el odio, la ira o la decepción. Siente felicidad, amor, orgullo, ganas de superación, ilusión, instinto para ir por el buen camino… Pero no se trata solo de pensarlo un día, hay que aprender y enseñar al cerebro para que se acostumbre a mantener las sensaciones positivas que pretendes transmitirte.

Visto todo lo anterior, voy a decir algunos objetivos a los que se puede aplicar este método tan alegre, positivo y, sobre todo, eficaz:

Conseguir trabajo o ascender: Algo tan importante en nuestra vida necesita nuestra atención, pero si este no es satisfactorio o se piensa que el esfuerzo empleado necesita de una recompensa, no lo dudes, consíguelo. Levántate cada mañana y di “Voy a conseguirlo” o mejor aún “Ya lo tengo”.

Superar enfermedades: Es cierto que la salud puede escaparse a nuestro control, pero está demostrado, incluso científicamente, que los pensamientos positivos han hecho mejorar e incluso han curado a personas con todo tipo de enfermedades. Debes convencerte repitiéndote “No me voy a rendir”.

Conseguir o mejorar una relación sentimental: Ya que el amor supone un pilar básico en nuestra vida, pretendemos conseguir a la persona ideal. Si eso no ocurre, tendemos a sumirnos en nosotros mismos. ¡Basta! Debes buscar hasta que no te quede aliento. Si ya lo tienes y quieres que vaya a más, propóntelo con firmeza cada día.

Alcanzar un sueño que has llevado contigo toda la vida: Ya sea hacer el viaje de tus sueños, ir al concierto de tu grupo favorito, formar una familia… No pienses en el tiempo que llevas intentando lograrlo, piensa que lo vas a conseguir ya sea más pronto o más tarde y, por supuesto, nunca permitas que nadie te diga lo contrario.

BESOS PARA TOD@S!!

Asun Vidal.