El Poder Secreto de una Vela encendida

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El fuego es un “principio divino”

Y no simplemente un elemento más de la naturaleza y que la llama que vemos ascender actúa como vehículo del Espíritu Supremo.

Para hablar de la realización de plegarias, rituales, y actos mágicos con velas, pues la llama de éstas nos conducirá directamente al Supremo para que se hagan realidad nuestros deseos. Y es que el fuego puede considerarse el fenómeno más directamente asociado a lo sagrado.

Desde tiempos prehistóricos ha tenido un lugar especial en las religiones y se lo ha relacionado de manera directa con el Sol como fuente de poder y símbolo de la divinidad.

En la actualidad, puede decirse que las velas ya incorporadas a nuestra vida cotidiana como un objeto más de nuestra cultura, son los elementos por excelencia que reúnen las propiedades positivas y el valor del fuego en la pequeña llama que se eleva al infinito. Por eso, encendemos velas para orar, para pedir por un enfermo, para obtener protección, para la buena suerte

No necesitamos saber demasiado acerca de las velas para usarlas

Muchas veces las compramos sencillamente porque nos gustan o para adornar un ambiente o para preparar una mesa especial para la cena. Sin embargo, sino nos internamos en el conocimiento esotérico del uso y el valor ocultos que estos elementos tienen, podremos obtener de ellos numerosos beneficios, beneficios que en nuestra limitada visión del mundo ni siquiera imaginamos.

Secretos de las Velas

Hay una gran variedad de velas, las hay de distintos colores y formas, y se las ha usado tanto como elemento decorativo como para los más variados rituales religiosos o simplemente se las enciende para rezar.

A pesar de haber sido desplazadas en la actualidad, por la luz eléctrica, siguen siendo utilizadas para ocasiones especiales, conservando aún hoy, un significado y un valor muy especial.

En el esoterismo es muy común la utilización de velas para los rituales.

Desde la antigüedad se la ha usado no solo para iluminarse, sino también para hechos más trascendentales, como solicitar protección personal, pedir sanación, para alabar al Supremo y así conseguir buenas cosechas, y para rituales de adivinación.

A partir del S IV se popularizaron tanto que comenzaron a utilizarse en ceremonias religiosas, en la actualidad su gran variedad permite también infinidad de utilizaciones, constituyendo así, poderosos elementos mágicos.

Bien utilizadas en rituales y encantamientos otorgan efectos muy significativos, se hallan vinculadas al elemento de la naturaleza, el fuego, símbolo de destrucción pero también de purificación. De su correcto uso dependerán los resultados y efectos mágicos.

Los distintos colores, por ejemplo, emiten vibraciones que activan las energías que hay en nosotros mismos y así, favorecen aspectos humanos como la amistad, el amor, la espiritualidad o el desarrollo laboral.

Las velas tienen una relación especial con espiritualidad, ya que su luz se asocia con la iluminación espiritual y la sabiduría, para que el hombre pueda caminar por el sendero del bien y la virtud, acompañado de su fuerza de voluntad y de su fe.

Encierran un valor sagrado, que es aprovechado por los sacerdotes de distintas religiones como la hindú, la cristiana y la hebrea. Las vibraciones de los colores deben estar en armonía para llevar a cabo cada ritual.

Es fundamental la armonía, porque cuando encendemos las velas estamos invocando a los seres elementales del fuego, que son la misma esencia de las llamas, las salamandras.

Estos elementales, que carecen de moral, dan lugar a nuestros pedidos para el bien o para el mal, pero lo más importante es usarlos en nombre del bien.

Para realizar estos rituales es fundamental tener el alma en paz y el corazón puro, y purificar el lugar en el que lo desarrollaremos para así conseguir el éxito.

Si bien hay una infinidad de rituales que se pueden realizar con velas, es necesario tener en cuenta que no solo basta con encender un par de velas y recitar de manera mecánica determinadas palabras, es necesario además sentir esas palabras, dándole valor a su significado.

Es conveniente antes de comenzar cada ritual sentarse en un lugar tranquilo, leer las instrucciones del ritual, entender y meditar el significado de cada una de las palabras.

Para poder acercarse a su ideal no se deben repetir las palabras automáticamente. Hay que tener en cuenta que a medida que el entrenamiento avance con respecto a los rituales, se podrán utilizar las propias palabras que fluirán de lo más profundo del corazón.

El propósito que se tiene, determina la clasificación de los rituales, así tenemos rituales para el amor, para conseguir pareja o evitar que se aleje, para mejorar la relación, mantener la fidelidad; para conseguir dinero, prosperidad en el hogar y trabajo; para mantenerse con salud o curar determinadas enfermedades; para conservar sueños; para aliviar a las personas de algunos daños; para meditar; para atraer energías positivas; para darle valor a los amuletos; para desarrollar poderes y con ellos ciertas capacidades; para protegerse del mal; para la purificación.

Lo más importante es respetar las pautas básicas de cada ritual, manteniendo también una actitud humilde en el momento de hacer los pedidos, y desechando todo deseo de mal y de ambiciones desproporcionadas, que tarde o temprano pueden volverse en su contra.

Una vez que tengamos las velas a nuestra disposición, ya sea elaboradas por nosotros mismos o compradas, procederemos al acto consagratorio. Comenzaremos purificando el ambiente, para ello encenderemos un incienso y repetiremos tres veces: «que no me sobrevenga ningún mal y que sobre estas llamas sagradas no caiga ninguna negatividad».

Consagración de las Velas.

Para esto, deberemos sostener con la mano izquierda una a una las velas, mientras que se las va untando con óleo aromático de abajo hacia arriba, siete veces, con la mano derecha. Si no conseguimos óleo aromático que es una variedad de incienso líquido, se lo puede reemplazar por aceite de oliva.

Se realiza esta operación, para purificar las velas y para eliminarles la carga negativa.

 

Luego se pasará siete veces el óleo, pero esta vez en sentido contrario, para cargarlas con nuestra energía personal.

Para finalizar deberemos mentalmente repetir esta frase:

«que mi voluntad sea acatada por las salamandras y que sigan también mis deseos, y que nuestras intenciones sean purificadas por el fuego»

Cada color en las velas tiene un significado

Azul

Depresión, empuje, transformaciones, salud.

Celeste

Intelecto, armonía, serenidad.

Amarillo y dorado

Persuasión, afecto, confidencia, afinidad.

Blanco

Veracidad, integridad, espiritualidad, franqueza.

Gris y plateado

Imparcialidad y anulación.

Negro

Discrepancia y desorden.

Morado

Solución, abolición.

Marrón

Ecuanimidad, vacilación y vacilación.

Verde

Bienestar, fecundidad, suerte.

Rojo

Salud, erotismo, energía, pujanza.

Violeta

Reflexión, espiritualidad, mutación y sosiego.

Rosa

Moral, amor, dignidad.

Naranja

Ajuste, valor, afinidad, motivación.

Púrpura

Codicia, rigidez, progreso económico, poder.