Descubre qué es el tercer ojo y aprende a desarrollarlo
Te invito a despertar vuestro lado más espiritual y por eso os vamos a hablar del tercer ojo.
Los estudios científicos han corroborado que el tercer ojo existe y lo sitúan en la glándula pineal, que se localiza justo en el centro de cerebro y que produce melatonina, responsable de regular el ciclo circadiano, nuestros patrones de vigilia y sueño.
Además, esta fascinante glándula es muy sensible a las energías mentales que provienen de dimensiones superiores y que es capaz de proporcionar conexiones telepáticas entre seres humanos.
La glándula pineal funciona como un ojo y esta formada por una serie de bastoncillos que se estimulan por la energía mental que recibe y que se relaciona con la conexión a los archivos akáshicos. Estos archivos son un espacio multidimensional donde se acumulan todas las experiencias del alma de vidas pasadas y, también, la información del futuro, de nuestro destino, la verdadera razón de nuestras existencia, nuestra función en un todo, del que somos parte.
Este todo es bien conocido por todas las culturas: los Mayas lo denominaban el “Banco Psi”, en Egipto era conocido como “Las tablas de Thoth”, en la Biblia es denominado “El libro de la vida” y en el Islam “La tabla Eterna”.
Pero el tercer ojo no exclusivo de la cultura oriental, ya René Descartes, en el siglo XVII, dijo que la glándula pineal era el punto de conexión entre nuestra mente y nuestro cuerpo, el asiento del alma.
Posteriores estudios han demostrado que esta glándula segrega una sustancia llama DMT (dimetiltriptamina) que también se conoce como la molécula espiritual, que se libera en la fase REM del sueño.
¿Cómo activar el ojo del alma?
Todos los seres humanos nacemos con la capacidad de ver a través del ojo del alma, pero nuestra paulatina desconexión con la naturaleza, nos ha apartado de la esencia de nuestro ser. Nos hemos vuelto demasiado racionales y hemos relegado a un segundo plano nuestra capacidad intuitiva, que se alberga en la glándula pineal, el ojo del alma. Hemos perdido nuestra capacidad para sentirnos un todo, en íntima conexión con el universo y hemos desarrollado el ego, que nos aparta del todo.
La meditación, de manera regular, nos ayudará a activar este ojo que nos conecta con lo divino. Cuando lo hagamos, debemos concentrar nuestra energía en el lugar donde se ubica el ojo del alma, en medio de las dos cejas, encima de la nariz y que, poco a poco, hará que se desvanezca el velo, la ilusión de una vida que nos aparta de la esencia de lo que en realidad somos. Podemos acompañar nuestras meditaciones con música relajante, cuya vibración acelerará el proceso.
También se recomienda una dieta rica en vegetales y frutos secos, que ayudarán a nuestra glándula pineal a mantenerse en forma, ya que si no la cuidamos tiende a calcificarse y nos costará más despertar a ese nuevo ser visionario que todos llevamos dentro de nuestro interior.
¿Cómo saber que tienes tu tercer ojo activado?
Cuando lo activamos, abrimos una puerta al mundo interior, permitiéndonos acceder a lo no visible para nuestros ojos, es el despertar del cuerpo a una energía superior. Nos permite acceder a estados de conciencia más elevados, a nuestra sabiduría interior, la que conecta el alma con el cuerpo.
Estos son los síntomas para saber que has abierto la puerta:
Tu intuición va en aumento: eres capaz de predecir lo que va a ocurrir a través de sensaciones que emanan de tu interior y que eres capaz de escuchar. Los expertos, al hablar de intuición, se refieren a sabiduría interior almacenada, la que nos ha hecho sobrevivir y evolucionar como especie. ¡Escucha tu cuerpo!
¡Analízate! Si has despertado tu ojo mental, te sentirás diferente. El cambio te hará percibir la vida de otra manera, aprenderás a disfrutar de muchas cosas que antes pensabas que no tenía importancia y a las que no prestabas atención.
Es un cambio de actitud ante todo lo que nos rodea y que nos hace valorar las pequeñas cosas y sentir lo que realmente es importante.
Se desarrollará nuestra capacidad de conexión con los demás, nos sentiremos tolerantes y seremos capaces de empatizar con los otros, por lo que, poco a poco, abandonaremos actitudes egoístas y nos empezaremos a sentir más felices
Podríamos llegar a sentir una fuerte presión situada entre las cejas, no llega a ser dolor, pero sí es como un peso fuerte.
Se trata de la sobrecarga de energía que se concentra en este punto y que se debe a la apertura de la glándula pineal, que ejerce presión sobre un punto que se encuentra en medio de nuestros ojos, entre las cejas.
Bendiciones y mucha suerte!!
Asun Vidal.