5 cosas que debes saber del Árbol de Navidad y una oración de Bendición

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El Árbol de Navidad puede ser bendecido durante el tiempo litúrgico de Adviento, en la Noche Buena, o en el mismo día de la Navidad.

1.- El origen del árbol de Navidad

Su origen se remonta a las obras de misterio del tiempo medieval en Europa, particularmente en Alemania. Bandas de trovadores y actores viajaban de ciudad en ciudad presentando parodias acerca de diversas verdades de la fe.

Una de tantas escenificaba el pecado de Adán y Eva en el Jardín del Edén y la caída de la humanidad, un momento oscuro en la historia para coincidir con la oscuridad del solsticio de invierno.

La obra tenía un Árbol del Paraíso, el árbol de la vida, un pino verde decorado con manzanas, la fruta prohibida.

Con el tiempo, para añadirle esperanza a tal evento depresivo, el árbol fue también decorado con trozos de pan o galletas: el pecado vino de comer las manzanas; la gracia viene de recibir la Eucaristía.

Eventualmente, la popularidad de aquellas obras de misterio se evaporaron, pero la tradición del árbol permaneció sin el enfoque previo en el pecado de Adán y Eva.

Los adornos del árbol evolucionaron de manzanas, a manzanas y naranjos, y de éstos a objetos redondos de colores brillantes y finalmente a las luces de Navidad que vemos hoy en día; y las galletas evolucionaron a galletas en forma de estrellas, ángeles, y animales hasta los adornos de Navidad que actualmente usamos.

2.- La ubicación

La ubicación más antigua y tradicional del árbol de Navidad es dentro del hogar familiar. Es común también ahora tener uno o más árboles dentro de las Iglesias donde contribuyen a la solemnidad de la fiesta y añaden alegría a la Buena Nueva de la Natividad.

Los árboles no deben nunca obstruir la vista del altar, del atril o de la silla del celebrante.

3.- Tiempo adecuado para su uso

De acuerdo al Bendicional: ritual de bendiciones, el árbol de Navidad se instala antes de Navidad y puede permanecer en su lugar hasta la solemnidad de la Epifanía (No. 1571, Book of Blessings).

Muchos prefieren tener el árbol de Navidad expuesto durante toda la temporada de Adviento-Navidad comenzando el primer domingo de Adviento y continuando hasta el Bautismo del Señor.

4.- Simbolismo del Árbol de Navidad

El Árbol de Navidad dentro del hogar familiar es pequeño y joven comparado con los árboles que han crecido en las afueras, lo que es un símbolo del Cristo niño que cuando nació era un pequeño jovencito.

La base amplia del árbol se va reduciendo paulatinamente como apuntando hacia arriba dirigiendo la atención hacia el cielo de donde vino el niño Dios (Jn 3,13b; 6,38) y de donde regresará (Lc 24,51; Ef 1,20; 1 Pe 3,22).

Las ramas siempre verdes representan la eternidad: el amor eterno de Dios; y Jesús, la palabra eterna (Jn 1,1); un ser eterno, «aquel que es, que era y que ha de venir» (Ap 1,8); y el que trae el regalo de la salvación eterna (Heb 5,9).

Las brillantes luces de Navidad representan a Jesús, la Luz del Mundo (Jn 1,4-5.9; 8,12; 12,46)

5.- El ritual de Bendición

El Árbol de Navidad puede ser bendecido durante el Adviento, en la Noche Buena, o en el día de Navidad.

Cuando se bendice el árbol en casa, la bendición debe ser ofrecida por el padre u otro miembro familiar. La bendición puede ser también incorporada a la oración de la mañana o de la tarde, o ser parte de la Liturgia de la Palabra.

El árbol es iluminado después que se ha completado la oración de bendición.

Se puede leer una lectura de las Escrituras antes de la oración de bendición, y para esto se ofrecen tres opciones: Tito 3:4-7; Génesis 2:4-9; o Isaías 9:1-6. El Salmo 96 puede ser utilizado como Salmo Responsorial. El himno «¡Oh ven!, ¡Oh ven, Emanuel!» puede ser cantado.

Oración de Bendición del Árbol de Navidad

El ministro, padre de familia o miembro designado al comenzar la celebración, dice: «Nuestro auxilio es el nombre del Señor»

Todos responden: «Que hizo el cielo y la tierra.»

Uno de los presentes, o la misma persona, lee un breve texto de la sagrada Escritura, por ejemplo: Isaías 60,13:

«Te traerán, Jerusalén, las riquezas del Líbano, el ciprés, el olmo y el abeto, para adornar mi santuario, pues yo honraré el estrado de mis pies.»

Luego el ministro, si es sacerdote o diácono, con las manos extendidas, si es laico, con las manos juntas, dice la oración de bendición:

Oremos:

Bendito seas, Señor y Padre nuestro, que nos concedes recordar con fe en estos días de Navidad los misterios del nacimiento de Jesucristo.

Concédenos, a quienes hemos adornado este árbol y lo hemos embellecido con luces, vivir también a la luz de los ejemplos de la vida santa de tu Hijo y ser enriquecidos con las virtudes que resplandecen en su santa infancia.

Todo el Honor y la Gloria sea para Él por los siglos de los siglos.

Todos responden: Amen.

Según las circunstancias, el ministro rocía con agua bendita a los presentes y el árbol. (Bendiciones Navideñas, No. 1275-1278)

Benidiciones!!

Asun Vidal.